maravillosas vistas y fácil acceso a atracciones cercanas

Disfruté de una estancia encantadora con un desayuno excelente y una limpieza impecable, además la ubicación del hotel es perfecta ya que permite explorar la historia y los monumentos del pueblo a corta distancia caminando, como la Catedral y la Plaza Mayor, todo a menos de 10 minutos. es un lugar ideal para quienes como yo aman pasear y disfrutar de las vistas del entorno, también hay restaurantes cercanos que hacen de la experiencia aún más agradable.

Alojamiento acogedor
Desayuno abundante
Atención excepcional

Aparcamiento complicado
Café mejorable

Recomendable para un fin de semana largo

La anfitriona era increíble, desde que llegamos nos hizo sentir como en familia. El desayuno era un festín, no hay manera de que puedas quedarte con hambre, jamón, queso, todo muy rico.

No fue barato, pero aun así, aceptable.

Lola nos brindó grandes recomendaciones locales.

Lola, la anfitriona encantadora.

La atención de la anfitriona, Lola, fue excepcional. Nos brindó recomendaciones valiosas sobre lugares para visitar y hacer, lo que enriqueció nuestra experiencia en Albarracín.

Aunque el desayuno estaba incluido, no tuvimos la oportunidad de disfrutarlo porque no se ofreció como se esperaba, lo que nos llevó a buscar opciones en el pueblo.

Excelente atención y acogedora estancia

Nuestra experiencia fue maravillosa, con un servicio excepcional por parte de Lola, quien nos brindó recomendaciones sobre excursiones y lugares para visitar. La habitación era amplia y acogedora, ideal para descansar después de un día de exploración. Además, el desayuno fue un verdadero lujo con opciones como jamón y croissants recién horneados. Aunque el aparcamiento en la zona es un poco complicado, definitivamente volveríamos a alojarnos aquí.

Estancia encantadora, ubicación ideal en el casco antiguo. Todo super limpio y con una atención fabulosa de Lola. Perfecto para una escapada romántica, ¡sin duda volveremos!

El wifi estaba tan perdido que se me ocurrió que lo habían enviado de vacaciones.

Nos encantó la habitación con techos de madera y el desayuno que se servía en la terraza, todo delicioso. Aunque había un pequeño lío con el servicio del desayuno opcional, el resto de la experiencia fue genial. Recomiendo probar la pizzería Monty cercana, ¡ricas pizzas! 🍕

La habitación fue encantadora, aunque faltaron sándwiches en los bares.

La Posada del Adarve tiene una ubicación espectacular muy cerca de la plaza mayor, lo que permite disfrutar de todo el encanto del pueblo a pocos pasos. La habitación donde nos alojamos, los atrojes, era acogedora, con una decoración rústica realmente encantadora. La limpieza se notaba en cada rincón, y estaba todo en perfecto estado. La anfitriona, Lola, es un verdadero encanto, siempre dispuesta a ayudarnos y darnos recomendaciones sobre lugares y paseos. El desayuno fue uno de los mejores momentos. comenzamos cada día con tostadas, jamón serrano y croissants deliciosos. Sin embargo, el café podría mejorar en calidad, era un poco básico y no estaba a la altura del resto del desayuno. Aunque la experiencia en general fue muy buena, el aparcamiento en la zona se convierte en un pequeño inconveniente, ya que había que utilizar zonas de pago, lo cual puede ser algo complicado para los visitantes. En resumen, volvería sin dudarlo a esta posada, que tiene ese aire familiar y acogedor que tanto se agradece.

Las habitaciones tienen una decoración rústica encantadora y te sumergen en la historia del lugar. Lola, la anfitriona, es una joya, siempre dispuesta a ayudar con recomendaciones locales. El desayuno en la muralla es un deleite!

El aparcamiento puede ser un poco complicado y las escaleras zurdas son un reto para quienes tienen movilidad reducida.

la posada del adarve ofrece un ambiente cálido, con habitaciones muy bien decoradas y un desayuno delicioso. los croissants son recién horneados y el café está perfecto. además, la dueña proporciona información valiosa sobre lugares para visitar.

mejorar la señal de wifi 🌐.

La habitación con vistas a la montaña resultó acogedora y bien equipada, ideal para descansar después de un día explorando. La ubicación ofrecía acceso fácil al casco antiguo, perfecto para pasear y descubrir la historia del lugar.

El aparcamiento disponible era de pago y su tiempo estaba controlado por zonas azules, lo que puede ser un inconveniente para aquellos que buscan comodidad. Además, encontré que el pueblo tenía poca oferta nocturna. de hecho, solo abrían un par de bares, lo que generó dificultades para cenar. En cuanto al desayuno, no se pudo disfrutar como estaba previsto, lo cual es un punto a considerar si planeas comenzar el día bien.

La atención de Lola fue excepcional, siempre dispuesta a ayudar con recomendaciones. La habitación era acogedora y limpia, ideal para descansar. Sin embargo, el aparcamiento puede ser complicado debido a las zonas de pago. Además, el desayuno, aunque rico, podría mejorar en la calidad del café.